Mermelada de melocotón con vainilla

Buenos días!!! Os tenía que traer esto antes de que terminara el "verano". Aún podemos encontrar algunos melocotones buenos y sabrosos y es por eso que quiero aprovechar para dejar esta receta aquí, porque el año que viene volveré a prepararla y quiero tenerla guardada!!! Menuda ricura esta mermelada de melocotón aromatizada con vainilla, si la de melocotón ya me gusta ésta ni os cuento!! Y eso que no soy muy fan de la vainilla, no me verás tomar una natilla o un helado de vainilla... Pero añadida a algunos postres o a esta mermelada queda espectacular, le da un toque dulce que te transporta a otro lugar... no sé a dónde... tendré que acabarme el bote para averiguarlo jejeje. Pero lo que sí sé es que tenéis que probarla, si os gustan las mermeladas caseras y prepararlas (desde que le pillé el punto me resulta algo super relajante y satisfactorio de hacer) ésta os va a encantar, así que venga, a buscar esos melocotones y a la cocina!!



Ingredientes:

-1kg de melocotones (una vez pelados y deshuesados)
-250gr azúcar moreno (podéis usar azúcar blanco)
-2 vainas de vainilla
-Zumo de 1 limón

Preparación:

Una vez que tenemos los melocotones listos y cortados en trozos los ponemos en una cazuela junto con el azúcar, el zumo de limón y las semillas de las vainas de vainilla (las abrís a la mitad a lo largo con un cuchillo, con este mismo raspáis el interior de las vainas y os saldrá una especie de crema negra, eso son las semillas de vainilla y es lo que usaremos para la mermelada). Mezclamos todo muy bien con una cuchara de madera, removemos durante un par de minutos, que será lo que tarde el azúcar en mezclarse con los jugos y volverse líquido. Podéis dejar macerar la mermelada unas horas o toda la noche, yo no lo hago, la paso directamente al fuego.

La ponemos a fuego fuerte durante unos minutos, hasta que comience a hervir bien, entonces removemos constantemente hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto completamente. Llegados a este punto, bajamos el fuego hasta dejarlo hirviendo muy poquito, a fuego medio-bajo, le llevará unos 45-60 minutos, pero tenemos que remover cada 10 minutos para controlar que no se pegue.

Cuando la mermelada está en su punto (la fruta se deshace al aplastarla) podemos aplastar toda la fruta con la cuchara de madera (yo lo hago así porque me gusta encontrarme trozos) o pasarle la batidora y triturarla hasta dejarla como una papilla, esto es cuestión de gustos.

Con la mermelada aún bien caliente, la echamos en los botes y cerramos bien fuerte, los ponemos boca abajo y dejamos toda la noche hasta que se enfríen por completo, así se habrá hecho el vacío (ojo, que si los tarros los hemos usado más veces puede ser que alguno no cierre bien y no haya hecho el vacío, tenemos que comprobarlo puesto que si no tiene el vacío hecho esa mermelada hay que consumirla cuanto antes y guardarla en la nevera).

También podéis hacer el vacío hirviendo los botes en agua. Yo como hago poca cantidad no lo hago, puesto que la consumo en uno o dos meses y la guardo en el frigorífico para mayor seguridad ;)

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